
Cuando tenemos el fuego interior del deseo y nos lanzamos al desierto en busca de un bello oasis ¿qué tan lejos creemos que llegaremos si creemos que es tan solo un espejismo?
La motivación es directamente proporcional al nivel esperado de éxito.
Es lo que visualizamos para nuestro futuro.
Creer es la llave que abre la puerta del éxito de todos los seres humanos.
O es el cerrojo que encarcela y evita que los seres humanos conozcan la cara del éxito.
Como una potencia positiva, como una gran fuerza, creer es la promesa de que se cumplirán los objetivos de nuestra meta en la vida, cualquiera que esta sea.
Como una potencia negativa, es la premonición de nuestros temores y miedos más profundos y esto es como un lastre que no nos deja llegar al éxito.
Lo que visualizamos y deseamos es un poderoso imán para atraerlo a nuestras vidas.

Puede ser que no obtengamos lo que queremos de la vida, pero es probable que obtengamos lo que esperábamos en la profundidad de nuestras creencias.
Esto lo hemos escuchado toda nuestra vida. Y lo creemos. Pero nosotros, como seres humanos, hombre o mujer, sabemos que lo importante es la calidad de nuestras expectativas.
A veces olvidamos lo poderosas que son nuestras mentes.
La manera en que pensamos es, por lo regular, un pronóstico que se cumple.
El éxito en la vida no está reservado para los talentosos, no depende de un alto coeficiente intelectual y no es siempre el resultado de destrezas superiores o de contar con el mejor equipo.
El éxito depende, casi en su totalidad de la motivación interior, esa energía extra, ese fuego interno, que se requiere para hacer un esfuerzo más, para intentar otro camino, para aprender más, para cambiar lo que hemos hecho por años y para hacer una reingeniería a nuestras vidas cuando existe esa necesidad.
Este es el secreto para ganar, ya sea en una empresa o en tu vida personal: Cambiar el curso cuando éste ya no nos lleva a donde queremos ir.
El punto es que lo importante no es lo que la vida nos hace, sino lo que hacemos con la vida que se nos dio.
Todos somos grandes, exitosos y talentosos.
Cada quien recibe lo que espera.
Sólo créelo.
Triny Terrazas.
Sabiduría Milenaria.