Desde la más remota antigüedad, las abejas han sido inspiración en muchas culturas.
Las abejas son símbolo de la fertilidad, de la abundancia, de la generosidad, el orden, la disciplina y del trabajo en equipo.
La vida de la colmena es todo un curso: nos enseñan paciencia, tolerancia, trabajo en equipo, organización, respeto por los roles, pasión, orden y respeto.
Además de la capacidad de ahorro, de generosidad hacia los demás y algo muy importante: ellas saben aplicar el aguijón sólo cuando se necesita, para defender su colmena y su vida misma.
Las abejas nos dan ejemplo de trabajo y de sabiduría, porque traen el regalo de examinar tu productividad y darte tiempo para saborear la miel de la vida.
La Colmena, su hábitat, encierra una comunidad perfectamente expresada en roles y status.
Las celdas de las colmenas, sus nidos, están formados a partir de una forma geométrica, el hexágono, considerado por muchos el símbolo de la dulzura del corazón.
El silencioso y milenario trabajo de las abejas consiste principalmente en producir y almacenar miel, que extraen del néctar de las flores.

La abeja como productora de ese néctar, de esa miel que es tan sumamente especial y dulce, nos transmite el mensaje de que la dulzura de la vida, está dentro de nuestros corazones.
Aunque el mundo caiga, las esperanzas desaparezcan y creamos que ya no podemos seguir, dentro de nuestros corazones tenemos esa fuerza, esa dulzura interna que nos sustenta y que tenemos que encontrar. Ahora se llama resiliencia.
Nos recuerda en este sentido, que debemos de ser capaces de extraer la miel de la vida en esos momentos amargos.
Extraigamos miel de la hiel y seamos felices…
No importa cuán grande sea el sueño, lo alcanzaremos si lo perseguimos con anhelo.
Estas cinco máximas de la colmena nos ayudarán a lograrlo:
- Trabaja en equipo.
- Comparte tu riqueza.
- Endulza la existencia de los demás.
- Clava el aguijón sólo cuando sea necesario.
- Ve al néctar de la vida.
Triny Terrazas.
Sabiduría Milenaria.