Todos los seres humanos que vivimos sobre el planeta Tierra, comemos de ella.
Cada uno de nuestros alimentos que nos llevamos a la boca, son el resultado del sol, del agua, de la tierra, del aire y sobre todo, del trabajo del agricultor.
El campesino que, bajo los rayos del sol, trabaja diariamente para ganarse el sustento y para cosechar las siembras de los productos que consumen las personas que vivimos en las grandes ciudades.
Hoy los exhorto a que valoremos este trabajo y apreciemos lo afortunados que somos de poder consumir productos frescos derivados de la tierra, de la cual venimos.
Cada vez que nos llevemos a la boca un fruto, una verdura, un grano, un cereal… recordemos de dónde vino y el trabajo que hay detrás de cada producto fresco que consumimos.
Valóralo, degústalo, disfrútalo, compártelo, pero no lo desperdicies, no lo tires, no lo malgastes.
Hay países en el que un plátano es un lujo, un melón o una sandía son tan valiosos como una joya y nosotros, en México, los disfrutamos todo el año.
Vivimos en un país hermoso, bendecido por riquezas naturales, con climas extraordinarios, con una flora exótica fuera de serie.

Si puedes… siembra y colabora para que más gente pueda comer.
Si tienes un pedazo de tierra, siembra árboles frutales, si no tienes más que un pequeño jardín, planta arbolitos que puedan proveer a tu familia durante todo el año de limones, naranjos, aguacates, el clima de Jalisco se presta para cualquier tipo de árbol.
Si no tienes jardín, siembra en maceta hierbas de olor, lechugas.
En cualquier rincón puedes plantar un árbol de limón, una higuera, un guayabo. Te dará frutos para ti y para tu familia.
En el pasado, los mexicanos teníamos un sistema autosustentable familiar.
Cada hogar tenía su propia vaca, gallinero, sembraba su maíz y sus arbolitos frutales.
Al menos colaboraba en pequeña escala para no ser una carga alimentaria.
El estilo de vida era más natural que hoy en día.
Aun es tiempo de retomar el sendero natural, para tener una vida saludable y productiva.
Plantemos árboles para nuestro autoconsumo, sembremos flores, para que las abejas puedan seguir libando y sigamos teniendo primaveras en el mundo.
Recordemos la forma de vivir de nuestros antepasados y volvamos al sendero natural, si queremos sobrevivir en un mundo en el que la tecnología está arrasando con lo que verdaderamente importa.
Cuidemos a la Tierra. Es nuestra madre.
Triny Terrazas.
Sabiduría Milenaria.